No me hace falta nada más para encontrar el más dulce hedonismo: tan sólo sentir la arena rozando mis dedos, dejar que fluya la música que acariciando mis sentidos me traslada más allá de todo lo apreciable, oír el viento cálido que llega para llevarme lejos, lejos de mí. Es tanto aquello que nos ofrece el mundo, y es tan poco observado…. Llamada ahogada por aquel ruido mundano, infinito limitado por el tiempo, silencio murmurador. No necesito más, nada más.
Perdiendo calidad poco a poco...
No hay comentarios:
Publicar un comentario