Perdida en el roce infinito de tu cuerpo, en el leve suspiro cálido de tu piel ardiente; desorientada, sintiendo mi faz pálida y siendo a causa de tu aliento arrebatador.
Me encuentro sin sentido, confusa; tan sólo buscando tu mirada para fundirme en ella despacio, tan despacio que puedas sentirme tuya más de lo que yo puedo llegar a sentirme parte de mí, tanto que concibamos que todo a nuestro alrededor va demasiado veloz, demasiado rápido, siendo ajeno, tan lejano a lo tuyo y a lo mío, a lo eternamente nuestro, a aquello que nos envuelve, que nos ahoga en una asfixia de sentimientos bullendo sin control.
Me encuentro tan lejos de todo y tan cerca de ti, y únicamente pensando en cómo podrías acercarte más y más a mí, hasta que la mínima distancia perezca oculta en la nada; tan increíblemente afortunada, presa del más perpetuo hedonismo; tanto, tanto que nada me haría alejarme de tu ser, tanto que me entregaré a ti hasta que el ayer alcance al mañana, por siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario